En una de las esquinas más remotas de América del Sul, áreas enormes del Chaco están siendo arrasados ​​en una carrera entre los ganaderos de Brasil, el vecino gigante de Paraguay, y los menonitas que hablan alemán, que son descendientes de los colonos que llegaron aquí hace casi un siglo y trabajan como agricultores y ganaderos.

Por lo menos 1,2 millones de hectáreas del Chaco han sido deforestadas en los últimos dos años, según un análisis de satélite hecho por Guyra, un grupo ambiental en Asunción, la capital. Los ganaderos que despejaron el camino para sus grandes manadas de ganado han deforestado aproximadamente 10% de los bosques del Chaco en los últimos cinco años, dijo el grupo Guyra.

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